En enero estábamos en la casa de mi hermano en Tilarán, -Tilarán tiene muchos lugares lindos- en la mañana nos habíamos dado un tour por el pueblito de Tronadora y Puerto San Luis, volvimos a casa y buscamos un lugar para ir en la tarde.
Después de almorzar nos montamos al carro los que teníamos energía, el Niño de la Selva, Tío Luisda y yo, rumbo a Curubandé.
Rapidito estábamos en Cañas, agarramos pista, pasamos Liberia, y unos km después hicimos derecha para Curubandé, y tipo de tres de la tarde llegamos a la primera parada de nuestra aventura.

Cañón del Río Colorado

Dejamos el carro despuecito del puente, cruzando el puente vimos de una vez la altura del cañón del río colorado. Agarramos un trillo al lado de la calle que empieza a bajar entre piedras grandes, vegetación y tierra seca con el río a la par.
Se caminan unos 200 m para llegar a la poza de abajo donde inicia el cañón. El río en sí es precioso, agua cristalina y riquísimo para nadar.
Antes de tirarnos por el cañón, exploramos un poco las rocas cerca del río y encontramos unos petroglifos Chorotegas chivísimas. Para llegar ahí hay que subir un poco montaña arriba en la parte Oeste del río. Desde ahí vimos que en la otra orilla del río también habían petroglifos. Al parecer esta era un lugar concurrido por nuestros antepasados Chorotegas.
El primero que se animó a tirarse del cañón fue tío Luisda, hay muchísimas partes de dónde tirarse al subir el sendero, pero la altura de la caída va por los 10 m. Dani estaba como loco cuando vio a Luisda tirarse. Seguí yo después, yo no es como me encante esto de tirarme de lugares altos, me dio un poco de miedo, pero me estaba viendo mi hijo. Así que sin pensarlo salté. La caída se me hizo más larga de lo que imaginé.
Volvimos a la poza de abajo y empezamos a nadar los 3 por el cañón. Son unos 150 m sin pared donde agarrarse y con un poco de corriente en contra. Dani nos acompañó fue chivísima y además bien cansado. Sólo para peques y papás que sepan nadar muy bien. Del otro lado del cañón llegamos a unas rocas y parte del río que no se ve desde la poza.

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Poza la Pipa

Subimos el sendero, nos montamos mojados al carro, y seguimos nuestro camino rumbo a Curubandé y la Poza la Pipa. De Curubandé tomamos una izquierda y nos fuimos por un camino de tierra bordeando el río. Dejamos el carro a la orilla de la calle y al río.
La Pipa está sobre el río Blanco. Tiene una serie de mini cascadas geniales para meterse y saltar. El agua es fría  pero riquísima.
Nos divertimos muchísimo, saltando de las cascadas, y navegando río abajo. Ya se hacía tarde y era hora de volver a Tilarán.

Mirador que no sabemos el nombre

De vuelta, vimos a la orilla de la calle unos carros estacionados, pasamos directo, nos entró la espinita, dimos vuelta en U y nos devolvimos al lugar.
Se veía una pequeña montaña de piedra blanca hacia el Oeste, nos bajamos del carro, y con tío LuisDa cantando Pampa, Pampa te vio el sabanero, corrimos a toda velocidad, y saltamos entre piedras para ver el atardecer de la Pampa Guancasteca.
No llegamos a tiempo para ver el sol esconderse, pero no importó, la luz del sol todavía estaba ahí y la Pampa se vuelve inmortal.

En Resumen:​

Nivel: fácil, todos los lugares están a la orilla de la carretera. Solamente precaución con los ríos y peques que aún no saben nadar.

Distancia: Sendero al mirador unos 250m

Costo: Todos los lugares no tienen costo

Cómo llegar:  Todo está muy cerca de Curubandé en Liberia. Aquí las ubicaciones de los lugares, Poza la Pipa , Cañón del Río Colorado. 

¿Qué llevar?: Merienda, Calzado y ropa cómoda, ropa para bañarse. Para los niños/bebés recuerden pueden llevar cargador. 

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