Seguimos con la recomendación de libros que nos han ayudado en criar a nuestros hijos de manera más conciente e informada. Este libro del que les voy a escribir, se llama LET THEM EAT DIRT, es uno de esos libros que una desearía que todos los padres y futuros padres leyeran desde que están considerando tener hijos. Creo que hablo por casi todos los padres, cuando digo que lo más importante y el regalo más grande que podemos dar a nuestros hijos es propiciar espacios y experiencias donde puedan crecer con salud y felicidad. 

Este libro, habla sobre un tema poco conocido…. El microbiota intestinal y su importancia e influencia en nuestra salud en general. De como nuestro estilo de vida actual está deteriorando nuestro microbiota pero especialmente el de nuestros HIJOS y como puede esto estar asociado a un incremento de muchas enfermedades.

¿Qué es el microbiota?

Los seres humanos tenemos en nuestro organismo millones de millones de microbios, bacterias y otros microorganismos, que son fundamentales para que nuestro cuerpo funcione correctamente. El microbiota es el conjunto de estos microrganismos, que tenemos en diferentes partes del cuerpo, pero mayoritariamente están alojados en nuestro intestino grueso. Nuestro microbiota viene siendo afectado mucho por nuestros hábitos alimenticios y nuestro estilo de vida y no tantísimo por nuestros genes. Por ejemplo, unos gemelos pueden tener un microbióta muy diferente de acuerdo a su dieta y estilo de vida, pero el microbiota de una pareja (esposos que comparten la misma dieta y estilo de vida) puede ser similar. Otro dato interesante es que el microbiota se establece en los primeros 3-5 años de vida. En este periodo y especialmente en los primeros meses de vida,  puede ser muy inestable y la exposición de microbios es fundamental para desarrollar un microbiota saludable. Después de estos primeros años el microbiota se regulariza y es bastante estable en adolescentes y adultos, solamente en cambios drásticos de dieta (hacerse vegano, por ejemplo) o un cambio de permanente de ambiente (irse a vivir a un país lejano y muy diferente al actual) o para las mujeres durante el embarazo, el microbiota se vuelve nuevamente más vulnerable e inestable. 

¿Por qué es importante nuestro microbiota?

El microbiota instestinal es resposable de la digestión de la comida que consumimos, nos suministra vitaminas esenciales como la B y K, pero su función más relevante es la maduración de nuestro sistema inmune, que más adelante nos protege de enfermedades. 

Cada vez hay más evidencia que el deterioro del microbiota intestinal está asociado al incremento en enfermedades que pueden considerarse epidémicas en la actualidad y que solo siguen incrementando. Por ejemplo, diabetes, obesidad, asma, alergias, enfermedades autoinmunes y hasta trastornos mentales.  Como cualquier otro ecosistema, entre más diverso es nuestro microbiota, mas saludable se considera. Hoy en día, nuestro microbiota está  siendo seriamente comprometido por nuestro estilo de vida (sedentarismo, medidas de higiene extremas, sobre uso de antibioticos, etc) y nuestra alimentación (dieta que incluye ultraprocesados, azucar añadida y granos refinados).

¿Desde qué momento estamos formando nuestro microbiota?

Lo increible y un poco injusto, es que el microbiota se empieza a desarrollar desde que los bebés están en la panza y es durante los primeros meses de vida cuando más se impacta (de manera positiva o negativa). Eso quiere decir que,  como tantas otras cosas, la salud del microbiota de nuestros hijos depende de las decisiones que tomemos como padres. Así que en este blogpost, les resumo acciones que podemos implementar desde el embarazo para no comprometer y ojalá poder impactar positivamente el microbiota que nuestros hijos van a desarrollar y así reducir el riesgo de este tipo de enfermedades en el futuro. 

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Embarazo y parto

Nuestro microbiota intestinal y vaginal es más fluctuante e inestable durante el embarazo, ¡como muchas otras cosas durante estos 9 meses! Así que, contrariamente a la práctica general, si hay un momento para comer saludable es durante el embarazo. Lamentablemente nos han metido esta idea: “de por sí ya voy a engordar, entonces me puedo dar los gustitos que quiera….”. Sin embargo, comer mal durante el embarazo puede afectarnos anímicamente, reducir nuestra energía, puede dificultar el parto y además comprometemos nuestro microbiota y el de nuestro bebé. 

Al aumentar de peso a un ritmo adecuado durante el embarazo podemos ayudar a nuestros hijos a tener un peso apropiado durante su crecimiento y evitar problemas de obesidad. Durante el embarazo también hay que estar muy atentas a nuestra salud vaginal. Tratar en la medida de lo posible evitar infecciones para no tener que tomar antiobioticos (que impactan negativamente nuestro microbiota al reducir drásticamente nuestros microbios y bacterias buenas). Debemos también hacer un esfuerzo adicional por reducir nuestros niveles de estrés ya que niveles de estrés muy altos están asociados a un microbiota poco saludable.

 

El parto es uno de los momentos claves para el desarrollo del microbiota de nuestros bebés. Cuando un bebé nace por parto vaginal, este se llena de nuestros microbios vaginales y fecales. Esto, aunque suene un poco asqueroso, es uno de los regalos más  importantes que le podemos dar a nuestros hijos. Estos microbios se complementan con la leche materna, ya que ayudan a procesarla correctamente. La leche materna ayuda a que estos microbios se desarrollen correctamente en el microbiota instestinal. Además, estos microbios favorecen el desarrollo del sistema inmune y a proteger a los bebés de infecciones. 

Claro, no todos los niñxs pueden nacer por parto vaginal, ya sea por elección anticipada de las madres o bien por la posición del bebé y otras circunstancias que pueden provocar un parto peligroso. En caso ser un parto por cesaria. el libro habla de un procedimiento llamado “seeding”, que ha estado funcionando como la mejor alternativa para que los bebés no pierdan esta exposición inicial a estos microbios. Esto consiste en insertar una gaza en la vagina de la mamá para recolectar el microbita vaginal y una vez que nace el bebé se le pasa la gaza por su boca y piel. 

Leche materna y alimentos sólidos

La leche materna es el mejor alimento que podemos dar a nuestros bebés durante los primeros meses de su vida y parece que es también el alimento ideal para los microbios del intestino de nuestros bebés. La leche materna tiene componentes que son exclusivamente beneficiosos para el desarrollo de estos microbios. Aún si pueda verse muy natural, dar de mamar no siempre es fácil. Así como nos preparamos para dar a luz es importante prepararse para dar de mamar y esto facilitará que podamos tener una lactancia exitosa. En caso de escoger dar fórmula, tratar de buscar fórmulas que incluyan probióticos y complementarla con gotas pediátricas de probióticos.

Otra de las etapas críticas para el desarrollo de un microbiota saludable es cuando empezamos a dar alimentos sólidos a nuestros bebés. En el libro se detalla como este proceso es recomendable empezarlo desde los 4 a los 6 meses, cuando el bebé vaya dando señas de estar listo (tiene interés en la comida, puede sentarse y no expulsa los alimentos con su lengua) e ir probando con un mismo alimento durante 2-3 días. Al principio sería darle una cucharadita e ir aumentando según la respuesta del bebé. Entre más variada sea su alimentación más diverso va a ser su microbiota, por lo que hay que intentar salir del patrón de darles solo cerealito e intentar que prueben alimentos altos en fibra, frutas, vegetales, legumbres, carnes, etc.  En nuestro caso, empezamos después de cumplir los 4 meses, tanto con Dani como con Virginia y con cantidades muy pequeñas. A partir de los 5 meses y medio empezamos a aplicar el BLW (Baby led weaning) y ha sido un éxito para que coman de todo. 

Otro detalle muy interesante es sobre la comida asociada a alergias. Recomiendan darla a los bebés antes de los 7 meses en pequeñas dosis y regularmente (ejemplo: huevo, maní triturado en procesador de alimentos, fresas, etc). Esto aparentemente reduce la probabilidad de que un alimento cause alergias graves en el futuro. Por último, explican que continuar con la leche materna al mismo tiempo que la introducción de alimentos sólidos protege y agiliza la digestión de estos alimentos y además reduce el riesgo de alergias alimentarias, 

Consideraciones importantes durante los primeros años de vida

Antibióticos

¡Los antibióticos son una salvada! Son parte de los avances médicos más importantes de la historia y nos protegen contra bacterias que antes podían matarnos fácilmente.  Sin embargo, en los últimos años se ha sobreutilizado tanto en humanos, como en la ganadería (al aplicar dósis de antibióticos en los primeros meses de vida de animales se potencia el incremento de peso al ser adultos). Cuando consumimos antibióticos, literalmente “bombardeamos” el microbiota y reducimos significativamente su diversidad, afectando temporalmente en adultos pero gravemente en nuestros bebés, especialemente antes de los 12 meses. Existen múltiples investigaciones que relacionan un cambio del microbiota por el uso de antibióticos con el incremento del riesgo de desarrollar asma, obesidad y diabetes en el futuro. 

Una de las infecciones más comunes en niños son las infecciones de oído. Algunos de las recomedaciones que da el libro para prevenir estas infecciones son: comprar botellas de bebé con ventilación y reducir o eliminar el uso de chupetas (al usar chupeta extensivamente antes de los 3 años se incrementa un 25% el desarrollar esta infección). Reducir las jornadas en que los bebés (especialmente menos de 12 meses) van al kinder, poner la vacuna de Influenza y que los padres del bebé no fumen. 

Perros

Al parecer, tener un perro está asociado a tener un microbiota más variado. Por lo que si tenemos un perro, saludable y con las vacunas al día, es buena idea dejar que el bebé toque al perro y que el perro chupe al bebé. Esas chupadas al final se traducen en una buena dosis de microbios (mayoritariamente buenos). Aparte existen estudios que muestran que ser expuestos a perros en los primeros años de vida reduce el riesgo de desarrollar alergias y asma. 

Entorno y medidas de limpieza

Uno de los elementos que está afectando gravemente nuestro microbiota, aparte de la alimentación, es la ausencia de exposición a microbios. Esto por varias razones, los niños ya no salen o juegan tanto fuera de su casa, muchos niños viven en cuidades y apartamentos y no son expuestos a la naturaleza regularmente y las medidas de limpieza cada vez son más rigurosas, hasta el punto en que los bebés y niños crecen en un ambiente casi estéril

Algunos de las acciones que no son necesarias, pero que son usuales en la actualidad, son: desinfectar juguetes, utilizar jabón antibacterial (especialmente si tiene triclosan) para lavarse las manos, en vez del jabón regular, esterilizar las botellas de bebés (la Academia Americana de Pedriatras recomienda solo lavarlas con agua potable y jabón), obligar a los niños a lavarse las manos a cada rato (sí deben de lavárselas antes de comer y después de ir al baño) y sobreutilizar el alcohol en gel o desinfectantes en general. 

Con respecto al entorno, el libro recomienda exponer desde temprana edad a los bebés y niños a la naturaleza para ponerlos en contacto con los microbios buenos. Literalmente déjelos comer tierra o arena, dejelos que exploren el entorno, aún si eso signifique que queden todos sucios. Dejar que sus hijos anden descalzos, especialmente si andan en el jardín. Limitar el tiempo que nuestros hijos estén viendo pantallas y reducir a una hora o eliminar en niñas menores de 2 años. Incentivar que nuestros hijos estén afuera, en áreas verdes o tomando sol o aire fresco. Incentivar el deporte desde temprana edad y dejar que salten, corran, suban árboles y en general que se muevan libremente.

Otra recomendación para los padres es seguir la “dieta” 5210: Todos los días su hijo debería comer 5 frutas o vegetales, estar menos de 2 horas frente a una pantalla, tener al menos una hora de actividad física y consumir cero bebidas azucaradas.

Alimentación

Las recomendaciones dadas anteriormente para la introducción de alimentos aplican también para el resto de la vida. La obesidad es una enfermedad que está afectando severamente a la niñez y juventud. La obesidad infantil se ha cuadruplicado en solo 30 años.  Debemos en la medida de los posible asegurar una alimentación balanceada para nuestros hijos, reducir el consumo de comidas procesadas, azucares añadidos (jarabe de maíz por ejemplo), comidas con alto contenido calórico (comida rápida) y el de jugos o bebidas azúcaradas en general. 

Sé por experiencia que a veces es complicado que los niños no ingieran tanta azúcar o bien que coman todos sus vegetales o que consuman yogurt natural, etc. Un tip súper valioso del libro, que nos ha funcionado muchísimo con Dani es hablarle del microbiota como “sus bichitos de la panza”. Le explicamos que estos bichitos le ayudan a estar sano y que es importantísimo cuidarlos y protegerlos. Además, le contamos que estos bichitos les encanta las frutas, los vegetales, la kombucha y el yogurt. Esto nos ha servido tanto para que pruebe diferentes alimentos “buenos para los bichitos”, como para reducir nuestro consumo de azúcares como galletas o helados (sí seguimos haciendo galletas y comiendo helados, pero muy pocas veces a la semana).

De nuevo los invito a leer el libro, está disponible en VERSIÓN KINDLE. En serio trae datos súper reveladores y es muy fácil de leer. Además, en sus últimos capítulos ahonda sobre las enfermedades que me he referido en este blogpost y su relación con el microbiota, habla sobre las vacunas (y su importancia), sobre avances en estudios que relacionan el deterioro del microbiota con trastornos mentales como el autismo y por último lo que se podría esperar de la medicina en el futuro para salvaguardar nuestro microbiota,  Por último, quería contarles que una de las autoras del libro es una tica doctora en microbiología, Marie-Claire Arrieta :).