¡Que inteligente que sos!, ¡Que rápido que sos!, ¡Es que Carlitos es súper bueno en futbol! Frases que escuchamos desde pequeños de diversos familiares, amigos o profesores. La intención es buena, hacer que el niño o niña tenga confianza en sus capacidades y que pueda lograr lo que se proponga. Sin embargo, de acuerdo a décadas de investigación de la Doctora en psicología Carol Dweck este tipo de estímulo no da los resultados esperados y ayuda a desarrollar en los niños una Mentalidad Fija o Fixed Mindset.
Las personas con mentalidad fija creen que su inteligencia, capacidades físicas y artísticas e inclusive su personalidad está tallada en piedra y que no podemos hacer nada para cambiarlas. Para estas personas es súper importante el nivel de habilidades con las que nacieron, por lo que hay una urgencia de probarlas y demostrarlas constantemente. Esto tiene un efecto contraproducente a la hora de enfrentarse a nuevos retos y por lo general estas personas no son muy dadas a arriesgarse demasiado. Corren el peligro de perder el status de “inteligente”, “carguísima” “talento nato”, que tanto escucharon de los demás. Los errores son ataques directos a su autoestima y por lo general no responden bien al fracaso. La contraparte de todo esto es la mentalidad de crecimiento.
¿Qué es la mentalidad de crecimiento?
Las personas que creen que su inteligencia, habilidades físicas y artísticas y su personalidad pueden ser cultivadas por medio del esfuerzo y de intentar nuevas estrategias son personas con mentalidad de crecimiento o growth mindset.
Carol Dweck en su libro MINDSET (En serio que es un libro que todxs deberíamos de leer) muestra numerosos ejemplos de como las personas con una mentalidad de crecimiento:
- Saben que la única forma de lograr las metas es por medio del esfuerzo e intentar diferentes alternativas.
- Ven los fracasos, los errores y las críticas como información para oportunidades de mejora.
- Están preocupados por aprender y mejorar, no por parecer habilidosos o inteligentes.
- Están listos para tomar riesgos, enfrentar desafíos y trabajar por sus metas.
- Se sienten felices e inspirados por el éxito de los demás.
Un vivo ejemplo de la mentalidad de crecimiento son los bebés. Ellos hacen todo lo posible para mejorar sus habilidades a diario, algunas súper retadoras, como aprender a hablar, gatear y caminar. Además, no les importa si cometen errores o no logran su objetivo rápidamente, solamente se levantan de nuevo y lo vuelven a intentar. Ellos tienen naturalmente un deseo intenso de aprender. La idea con la mentalidad de crecimiento es nunca perder esa necesidad y deseo imperante de aprendizaje.
Es posible cambiar de mentalidad.
¿Se ve retratado en alguna de las dos mentalidades? De acuerdo a Carol Dweck y las investigaciones que realizó todos tenemos una mezcla de ambas mentalidades y actuamos en modo mentalidad de crecimiento o mentalidad fija dependiendo de la situación. Sin embargo la buena noticia es que la mentalidad se puede cambiar. Requiere mucho tiempo, esfuerzo y autoanálisis (bueno… ¿hay algo que valga la pena que no requiera tiempo y esfuerzo?) pero es totalmente posible a cualquier edad pasar de una mentalidad fija a una mentalidad de crecimiento. Pero…, ¿qué tal si le hacemos un gran favor a nuestros hijos y desarrollamos la mentalidad de crecimiento con ellos desde que están pequeños? Aquí van 12 consejos de padres a padres para desarrollar una mentalidad de crecimiento.
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1. Elogiar el proceso y el esfuerzo, NO a la niña o niño.
Elogiar las capacidades de la niña da un aumento de seguridad en sí mismas en el corto plazo. Sin embargo, al encontrarse con un desafío que requiere un proceso, tiempo y esfuerzo para conseguirlo, en general su conclusión es que no son lo suficientemente listas, buenas o habilidosas. Una mejor forma de dar ese estímulo positivo es comentar el proceso, las nuevas estrategias que usó y el esfuerzo. Algunos ejemplos:
- ¡Me gustó mucho como intentaste ese problema de Mate de varias maneras hasta conseguirlo!
- ¡Mira que montón de colores diferentes usaste en este dibujo!
- Se nota que le pusiste mucho esfuerzo en este rompecabezas, lo hiciste más rápido que la última vez, debes estar mejorando.
2. Hablarles de como se puede ejercitar el cerebro con el esfuerzo.
Podemos hablarles de cómo al esforzarnos por entender o practicar algo nuevo, el cerebro crea nuevas conexiones nerviosas. Lo que antes parecía difícil ahora no lo es tanto, el cerebro funciona como un músculo que se va haciendo más fuerte.
3. No los deje ganar, deles ventaja.
Al jugar con niños deles la ventaja necesaria para equipar el juego y esfuércese al máximo por ganar. Cuando los niños mejoren felicítelos enfocándose en el esfuerzo y acorte la ventaja en los próximos juegos. Más de esto en el Blogpost NO LOS DEJE GANAR, DELES VENTAJA.
4. Dar el ejemplo y cuidar nuestro lenguaje.
De nada sirve esforzarnos por tener una comunicación con nuestras hijas o hijos orientada a la mentalidad de crecimiento, si después tenemos una actitud negativa hacia algún desafío o si usamos lenguaje de mentalidad fija en conversaciones con otros adultos. ¡Las niñas y niños perciben muuucho más de lo que nos damos cuenta!
5. Incentivar el aprendizaje en vez de las altas calificaciones.
Las calificaciones NO son un buen indicador de a donde vamos a llegar en el futuro. No perder el deseo de mejorar y aprender sí lo es. Incentivemos el aprendizaje preguntando con genuino interés sobre el tema de estudio, que nos cuenten con sus propias palabras lo que entienden del tema. Les recomiendo responder la preguntas de los niños pequeños de una manera informada, si no sabemos la respuesta podemos decir… dejame investigar… y pedirle ayuda a Google.
6. Mostrar el éxito como el máximo esfuerzo, el aprender y mejorar.
Para la mayoría de personas llegar en primer lugar es el equivalente al éxito, sin embargo, muchos grandes deportistas con mentalidad de crecimiento entienden el éxito como el hacer su máximo esfuerzo, aprender y mejorar para alcanzar la mejor versión de sí mismos. Una carrera o un juego para el que nos preparamos mucho, donde mejoramos nuestro nivel o marca personal, puede dar igual de satisfacción que llegar en primer lugar.
7. Mostrar el fracaso como una oportunidad de mejora.
Inclusive para las personas muy exitosas, la vida está llena de errores, contratiempos y fracasos, la clave es la actitud que tomemos. Personas con mentalidad de crecimiento ven el fracaso como información importante de las cosas que hay que cambiar para mejorar. Cuando nuestra hija o hijo no lograron alcanzar su objetivo académico, deportivo, personal, etc, lo mejor es analizar con ellos en que fallaron y buscar que nuevas estrategias podemos tomar de ahora en adelante. Además cuánto más tengamos una actitud positiva a los fracasos o errores de nuestros hijos más probable será que exista una comunicación transparente padres-hijos.
8. Evitar las etiquetas.
De acuerdo con las investigaciones de la doctora Dweck tanto las etiquetas positivas como las etiquetas negativas pueden tener un efecto negativo en los niños. Cuando se les da una etiqueta positiva, tienen miedo de perderla y arriesgarse a nuevos retos, y cuando la etiqueta es negativa, tienen miedo de merecerla.
Un ejemplo de encasillar o comparar: “Es que Dani casi no habla es muy tímido en cambio Vicky es tan extrovertida no para de hablar”. Muchas veces los niños siguen el rol que les designaron sus padres o familiares y se limitan. Evitemos las etiquetas y las comparaciones.
9. Evitar los: "Cuando seas grande vas a poder...."
En vez de enfocar el logro de actividades con la edad podemos relacionarlas con el esfuerzo que le pongamos. Ejemplo: Si sigues practicando y poniéndole muchas pilas en unos años vas a poder correr así de rápido.” De paso hacemos que los peques disfruten de cada etapa de la vida y no estén desesperados por crecer.
10. Aceptar nuestros errores y disculparnos.
Después de cometer un error es importante disculparnos con los niños y por qué no, qué vamos a hacer ahora para mejorar en el futuro. Esto no hará que perdamos autoridad ni nada parecido, le hará ver al niño que está bien cometer errores y que estos son infomación para mejorar. Con suerte nuestros niños no tendrán ese terror a equivocarse que tenemos muchos a adultos. NOTA: Una disculpa no debería de ser seguida por un “pero” o un “es que”.
11. Agregar "todavía" al final de las frases de las niñas y niños.
En numerosas ocasiones escucharemos a las niñas o niños decir: “está muy difícil, no puedo…”, “esto está muy avanzado….no entiendo”, etc. El sentido de las frases anteriores cambia totalmente cuando le agregamos un “todavía” al final. Instantáneamente les hacemos entender que nuestras habilidades no son fijas y las podemos mejorar: ” Está muy difícil, no puedo todavía, pero voy a seguir practicando”, “Esto está muy avanzado… no entiendo todavía, voy a pedir ayuda”.
12. Hacerles saber que pedir ayuda está bien.
Nos esforzamos montones, buscamos nuevas estrategias, lo volvimos a intentar y nada funciona. Es importante hacer saber a los niños que está bien pedir ayuda, está bien no saber y está bien equivocarse. Más adelante no dudarán en pedir ayuda a sus pares y compartir conocimientos de una manera más fluida.
Bonus: Malentendidos sobre la mentalidad de crecimiento:
- La mentalidad de crecimiento no es sólo sobre el esfuerzo, y apreciar el esfuerzo, se deben incentivar el análisis y la búsqueda de nuevas alternativas si algo no está dando resultado.
- No se debe usar como un premio de consolación, Ejemplo: “No lo lograste, pero te esforzaste mucho”. Si hay esfuerzo pero no lo logramos, tenemos que idear nuevas formas de conseguirlo.
- No siempre tenemos que estar elogiando el esfuerzo, muchas veces sólo mostrar interés en el proceso es suficiente para ellos.
- Si el niño no se está esforzando, no deberíamos elogiar su esfuerzo. No deberíamos felicitarlo por algo que no está haciendo.
