La cosa es que tenemos familia que vive en el puro centro de Hojancha y pues decidimos que ya era hora de visitarlos y quedarnos unos días para explorar este hermoso cantón. Aquí las cosas que logramos hacer todos en familia, durante 5 días.
Ir en bici por el parque de Hojancha. Hojancha es un pueblo perfecto para andar en bici, los carros van lento y hay pocos. Además, es plano, tiene la plaza y el parque. También se puede visitar el Jardín Botánico de Hojancha, es pequeño, tiene montones de plantas nativas y es bien bonito. Fuimos en una época linda de visitar (finales de Diciembre), nos tocaron las fiestas patronales, el tope y ver el parque con los árboles decorados. En Hojancha tienen una tradición, donde decoran los árboles del parque, cada familia o negocio que quiera “adopta” un árbol y lo decora.
Ir a refrescarse en algún tramo del Río Nosara: Nos llevaron a un tramo del Río Nosara, mi cuñado nos contó que le llaman “la poza larga”, a unos 3 km de la plaza de Hojancha. Es como una piscina de 50 metros y el agua nos llegaba arriba de la panza. También tiene una parte baja, con roquitas. Tenemos que advertir -rajar diría Róger- que de casualidad ese día nos pasaron 2 serpientes muy cerca. Una cuando estabamos en el agua y otra cuando estabamos fuera, no sé si tendrá algo que ver con la temporada (fuimos en diciembre) pero si fue súper impresionante. No són venenosas, pero si son un poco grandes.
Caminata por el Tecal: Nos fuimos a caminar por la finca del Tecal, a unos 3 km del centro de Hojancha. Es una finca privada donde siembran Teca (madera) y es perfecta para pegarse un tour de caminata o en bici. Nosotros optamos por los dos, los grandes caminando, otros corriendo y las primas y Dani en bici. Es un recorrido de unos 45 minutos, es fresco porque tiene mucha sombra y uno está rodeado de Teca.
Cataratas de Belén (muy cerca del centro de Hojancha pero oficialmente son del cantón de Nicoya): Esta catarata está administrada por la Asociación Comunal de Belén, para entrar tiene un costo simbólico de 1000 pero la plata se queda en la comunidad. Dejamos el carro en el parqueo y caminamos unos dos minutos por el sendero para llegar a la catarata. Es un lugar perfecto para pasar la mañana y quedarse almorzando. Tiene como tres zonas: arriba de la catarata tiene una poza tranquila pero honda para los niños más grandes que les guste nadar. Abajo de la catarata también se puede estar, es bastante honda y muchas personas se tiran de la catarata, entonces hay que estar pilas si van con niños que puedan nadar. Al lado de la catarata hay unas cavidades, una es muy rica porque le cae agua de la catarata y se llena de burbujas, como un jacuzzi. Por último, más adelante de las cataratas (se puede acceder nadando o por un sendero a pie) está una pocita más tranquila, ya sin tanta corriente de las cataratas. Tiene un playón y varias rocas para sentarse y se pueden ver pecesitos de río, perfecto para los niños más pequeños.
Playa Sámara y Playa Islita (tampoco son del cantón de Hojancha, pero relativamente cerca): A una hora y un piquito están estas dos playas que también son lindísimas pero muy distintas. Playa Sámara es más fácil de llegar, porque la calle está normal. Es una playa larga y el oleaje es tranquilo. El pueblo es bastante turísitico, con bastantes puestos vendiendo artesanías y ropa, restaurantes, bares, heladerías, etc. Nosotros nos conformamos con ir a la playa y comprarnos unos deliciosos copos. Para ir a playa Islita, es mejor con un 4×4, sino es de ir con mucha paciencia porque la calle están muy “hecha leña”. Sin embargo vale la pena, es una playa pequeña, con oleaje un poco más fuerte y se nota que no es tan visitada. Tiene una arena rica para ir a caminar y para hacer castillos de arena. No tiene mucha sombra, entonces hay que ir con sombrilla o algo similar para protegerse del sol, nosotros fuimos después de las 3 pm, entonces no nos hizo mucha falta.
Ir a playa Carrillo: Aproximadamente a 45 min del centro de Hojancha está playa Carrillo. Un playa grande, con palmeras (perfecto para hamacas) y mesitas. El mar es tranquilo, con olas pequeñas. Lo único que hay que tener en cuenta es que la sombra de las palmeras está bien lejos del mar, así que si van con niños lleven una sombrilla y pareos para poder ver a los niños más de cerca. En nuestro caso, nos turnábamos, un rato iba yo con Dani al mar y Róger se quedaba con Vicky en la sombra y al revés. Al costado izquierdo de la playa hay bastantes rocas con pocitas pequeñasy grandes para ir a explorar con los peques, ver peces y otras criaturas marinas. Además, ¡siempre hay coperos para un delicioso granizado!
Reserva Monte Alto: Subimos en carro hasta el tope de la montaña donde se encuentra la reserva, hay un mirador lindísimo, perfecto para hacer picnic. De un lado se avista el mar y la Isla Chira, del otro el bosque, los cafetales y los naranjales. Nosotros desayunamos rico ahí antes de ir a la reserva. La reserva es pequeña, perfecta para caminar y correr con los pequeños en los senderos. Tiene además un pequeño museo donde se pueden ver figuras disecadas, a Dani le encantó el caucel. Tuvimos suerte y en uno de los senderos, nos encontramos muy cerca a varios congos. Ese ride en carro de ir por las montañas de Hojancha es bien chiva también, ver los cafetales, bajarse a ver las vistas del mar y conocer los parques de la zona.
Especial para peques que andan con la fiebre de caminar y correr
En fin, Hojancha es un cantón que hay que conocer, no solo porque tiene de todo (ríos, cataratas, playa, montaña, reservas, jardínes), también por su gente, su trato y por su historia. Hojancha es un cantón que siempre tiene agua y eso no es normal en Guanacaste. Eso es porque la comunidad tomo acción en proteger el río Nosara y reforestó el bosque donde ahora queda la reserva Montealto. Estoy segura que nos faltó conocer bastante de lo que tiene que ofrecer el cantón y sus alrededores pero eso lo dejaremos para otro ride y otro post.
Por cierto, si quieren visitar Hojancha con un guía local, pueden llamar a mi cuñado Luis Daniel (88541154) para cotizar un tour.
