Los niños se caen. Se caen a menudo, a veces varias veces al día. Después de la caída hay una pausa….  por unos 2 o 3 segundos el niño vuelve a ver su papá/mamá (o persona responsable) y empieza la reacción/llanto/grito etc. Este comportamiento tiene un nombre “social referencing“, los niños buscan los ojos de su persona responsable para referenciar el nivel de gravedad de la caída. Como se podrán imaginar la reacción del niño ante una caída dependerá mucho de la nuestra, si nuestra reacción es de crisis su reacción será de crisis. Una reacción indiferente tampoco es la respuesta, pués damos un ejemplo no empático a las situaciones que viven los demás. La clave es tener un equilibrio entre estos dos extremos. Les cuento los pasos que seguimos y que nos han servido a nosotros poniendo en práctica lo que hemos leído del tema.

1. Manejar nuestra reacción y estar en control.

Esto lleva práctica sobretodo si estamos acostumbrados a ir corriendo a socorrer a nuestro pequeño cada vez que se cae, pero estar calmados y manejar la expresión de nuestros rostros hace que los niños manejen mejor su pequeña crisis. 

2. Evaluar la situación.

La mayoría del tiempo las caídas de los niños no requieren más que un poco de tiempo y empatía de Papá y Mamá para volver a jugar, pero si es algo grave, por ejemplo, un hueso roto, una herida profunda etc es aún más importante mantener la calma. En este tipo de situaciones los niños necesitan a alguien que pueda manejar la situación y pueda tomar las acciones necesarias. 

¿72 libros libros al año por $119.99?

Imagínate poder leer 72 libros al año con tus peques y poder seguirle el paso a sus intereses.

3. Mostrar empatía.

A nosotros nos gusta empezar por un ¿Estás bien? Si la respuesta en un sí pasamos al siguiente paso, si es un no, vamos caminando con calma y ayudamos a nuestro hijo a sobrepasar la situación.  De acuerdo al libro Whole-brain Child  en momentos donde un niño experimenta crisis o alguna emoción fuerte el hemisferio izquierdo-racional del cerebro está “bloqueado” por lo que empezar a razonar con él lo que pasó o por qué se cayó va a tener poca recepción de parte del niño. En vez el cerebro está concentrado en sus emociones, parte derecha del cerebro, por lo que es importante atender sus necesidades validándolas. Unas palabras de aliento y el mismo contacto físico puede ser suficientes para que el dolor del raspón y el susto pasen. Una vez que están tranquilos pasamos al siguiente paso.

4. Relatar lo que sucedió

De acuerdo a “WholeBrain Child”, después de alguna situación de crisis es importante concientizar al niño de lo que acaba de ocurrir, es decir pasar el suceso de la parte inconsciente a la parte consciente de su cerebro. Lo podemos hacer empezando a relatar lo que vimos que sucedió y dejando que el niño llene los huecos de nuestra historia. En vez de hacer juicios de lo que creemos que no tiene que hacer, podemos hacer preguntas para que el niño determine que puede hacer diferente la próxima vez o si bien estaba haciendo algo demasiado riesgoso que atente contra su seguridad. Es también importante ayudar al niño a identificar, evaluar y manejar los riesgos (Les recomendamos el post que escribimos de este tema) . Sin embargo muy posiblemente ya la caída y el relato son suficientes para él y podemos seguir con el siguiente paso.  

5. ¿Estás listo para intentarlo de nuevo?

Muy posiblemente el niño se golpeó intentando algo nuevo, al incentivarlo a levantarse y volver a intentarlo le estamos dando un mensaje muy importante: las cosas rara vez salen a la primera y es necesario intentarlo muchas veces, analizando qué podemos hacer mejor y haciendo pequeñas variaciones en cada intento para por fin lograrlo. Personalmente creo que es un mensaje que les puede servir para el resto de su vida, y que si logramos ayudarles a interiorizarlo lo estamos haciendo bien como papás.